miércoles, 18 de marzo de 2015

BAZAN, ASTANO Y AUXILIARES EN EL NAVAL DE FERROL

..... Y luego, me llegó  el Naval de Ferrol, cuando ya empezaba la decadencia en esta puntera industria.

BAZAN - ASTANO -  AUXILIARES


El obligado aislamiento en Chanteiro, debido a las limitaciones que la poliomielitis infantil me ocasionó,  se fué liberando cuando adquirí un automóvil SIMCA-1000 y con él saqué el Permiso de Conducir cuando ya tenía 30 años.
Esto me facilitó bastante el trabajo que venía desarrollando en mi domicilio chanteirés de reparación de aparatos de Radio Televisión y otros.



Por lo menos me desplazaba a los lugares cercanos de Cervás, Ares y Mugardos que eran mi zona de clientela e influencia.

También en el plano personal aumentaron las relaciones y conocimiento de amistades.
Y como no, también las oportunidades laborables, que de otro modo quedarían mermadas o más bien serían nulas. Pues no podría desplazarme en ningún otro medio.

Fué entonces cuando mi relación de amistad y cercanía con la familia de Eugenio Margharetto, natural de Cervás y casado en Ares me brindó esa primera oportunidad que agradezco para siempre.
  
Margharetto, entre otros lugares, se había establecido en los medios empresariales de Monzón (Huesca). Por su mediación trabajó allí mi cuñado y vivió mi hermana con su hijo.
Pero a Margharetto, como buen gallego le tiraba la morriña. Y en cuanto tuvo la oportunidad, con la expansión de ASTANO, que estaba en auge con los superpetroleros, logró con  socios que tenía allí y con otros de esta zona, introducirse en ASTANO con una Compañía Auxiliar de la cual era Gerente.


Se llamaba SUPREMÓN, S.A. (Suministros Prefabricado y Montaje).
Eran muchas estas Auxiliares que trabajaban para el Astillero principal.
SUPREMON, tuvo su época dorada y llegó a sobrepasar los 400 empleados.
En estas florecientes circunstancias, me ofreció si quería trabajar en sus oficinas. Y  el asunto solo tenía una respuesta.





Además me quedaban las tardes libres para seguir con mis reparaciones electrónicas, ya que deseaba aguantar la clientela por lo que pudiera pasar.
Trabajé en sus oficinas de Ares y Ferrol. Y más tarde, al ser "enlace sindical", hube de estar en la oficina de obra dentro del recinto de ASTANO, pues el Comité de Empresa demandaba que hiciera de secretario y levantara actas de las reuniones y asambleas.
Así fué como ya me integré y familiaricé con la vida del Naval.


Y las partes de construcción del buque, pues durante un tiempo mi trabajo consistía en que  los encargados de obra  me pasaban los tiempos de trabajo diario para irlos sumando y acumulando por secciones,  para así tener una referencia del coste en horas de cada trabajo, para usarlos como referencia a la hora de ofertar precio para otros trabajos futuros similares.

 ¡Había que hilar muy fino! pues en ello iba la ganancia.

De este modo me fui familiarizando con palabras como: estructura, superestructura, pique de proa, varengas, transversales, pantoques, cuadernas, vagras, bulárcamas, palmejares, .....

Lo malo fué que a partir de 1977 el trabajo fué escaseando y los primeros en sufrirlo fuimos los de las Auxiliares, a pesar de la movilizaciones y protestas que se hicieron fuimos engrosando las listas del paro.


ASTILLEROS Y TALLERES DEL NOROESTE, S.A.   -  ASTANO -

En 1975 Astano convocó plazas para  "Escribientes de Taller".


Como por aquel entonces yo ya realizaba un trabajo similar en SUPREMON, me presenté a esa convocatoria de la Empresa Principal, haciendo constar en la solicitud el hecho de estar trabajando dentro de la factoría naval y recalcando también mis limitaciones físicas, para que en caso de que fuesen un impedimento no me llamaran ya a exámen, para no formar ilusiones sin fundamento.

Todo bien. Recibieron mi escrito junto con la solicitud y me llamaron a exámen. Fui, aprobé y a los pocos días me citaron para el preceptivo reconocimiento médico para el ingreso y que llevara cierta documentación.
Ilusionado me presenté en ayunas en la Enfermería de Empresa el día citado y me fueron haciendo las pruebas, junto con otros varios más.
Análisis de sangre, tensión, rayos, vista, oído, etc.
Pasaba el tiempo, iban mandando irse a la gente y me dejaron para el final. Luego me indicaron que pasara para ver al Jefe de los servicios médicos.
Creo recordar que era el doctor Falero, cuyos rasgos me parecieron:  melena de pelo blanco, cara colorada y nariz prominente.

Y habló: me dijo que lo sentía, pero que no podía darme como apto.
Le pregunto el motivo y me nombra las condiciones físicas de los miembros inferiores, afectados por las secuelas de la polio.
Nervioso le digo que si en la solicitud ya indicara ese padecimiento, entonces porque me llamaron al éxamen y a las pruebas si ya lo había avisado.
Me repite que no puede ser.

Como tenía que ser, me sentó mal este asunto.
Recurrí por escrito al Director, al SEREM que era entonces el Servicio de Minusválidos  del Ministerio de Trabajo y también se lo planteé al Comité de Empresa de ASTANO, pues conocía a casi todos sus miembros por las reuniones de la Unión de Técnicos y Trabajadores, a la que como enlace de Supremón asistía en el Sindicato Vertical del local de San Valentín en FENE.
No hubo remedio.
Asumió la responsabilidad de todo el sicólogo de Astano, que era el que en ausencia del Subdirector llevara todo lo relacionado con esas plazas convocadas.
Y, expresó el deseo de que lo visitara personalmente.
 Fuí a su despacho en la zona de carenas y me atendió amablemente.
Me invitó a fumar familiarmente y dijo sentir un gran pesar, por si ello pudiera causarme un "trauma".
 ¡ A mí, que desde pequeñito debiera vivir ya en un trauma contínuo, pero le dí matarile ! - 



Y .... ya   BAZAN




Y luego como broche final en mi trayectoria laboral en lo naval, la enorme alegría de fichar por Bazán.
Allí había buen ambiente de camaradería laboral y posibilidades de promoción, mediante enseñanzas y cursos para adaptarse al puesto de trabajo y las nuevas tecnologías.






Aunque, todo hay que decirlo, después en muchos casos, a la hora de los ascensos, se premiaba más el servilismo y pelotilleo que la capacidad profesional e integridad personal.

Tuve la suerte de tener Compañer@s estupendos y responsables.


Todo ello me hizo un ambiente agradable, que sentí profundamente en el momento en que se planteó mi jubilación.
 Que tuve incluso dudas de aceptar, aunque después descubrí que fue lo mejo que pude hacer..



En las oficinas de Bazán pasé  la transición de la máquina de escribir Olivetti a la eléctrica, también del  Telex al Fax y luego ya al establecimiento total de la  la Informática en red y PC con impresoras y fotocopiadoras.


En principio fui para la Comercial, que estaban en unas viejas instalaciones en el edificio denominado popularmente Méjico (dicen que porque en los mundiales de fútbol de México en 1970, alguién llevo allí un Televisor para ver los partidos).




Este edificio más tarde fue derruído y ya pasamos a unas modernas y acristaladas oficinas, en el edificio de piedra donde fuera fundición que le llamaban  "el tinglado para arboladuras" del siglo XVIII,  de soportales abovedados y porches, con naves de almacenaje en los bajos y terrazas donde se albergaban oficinas, que fueran diseñadas en tiempos del rey Carlos III por el ingeniero Sánchez Bort.


En pricipio este edificio estaba al servicio de la Marina de Guerra y fueron cedidas sucesivamente desde 1909 a la Sociedad Española de Construcción Naval hasta 1939, despues al Consejo Ordenador desde 1939 a 1947 y finalmente a la E.N. Bazán.




Antiguamente Bazán usó este tinglado acondicionado como talleres de Caldedería de Hierro y Fundición, Y posteriormente ya como Almacén.






Finalmente, ya en mi época,  se hizo un reciclaje del edificio, manteniendo el aspecto exterior, si bien la antigua carpintería se construye de aluminio lacado, con mejores condiciones de estanqueidad y envejecimiento.

En 1987 se llevó para allí la Oficina Técnica con instalciones espléndidas cercanas a los 6.000 metros cuadrados. También fueron nuestras oficinas Comerciales y de Aprovisionamiento.




 Abajo quedaron las oficinas de la antigua O.P.M. (Oficina de Proyectos y Métodos), que llevaría ya el rimbombante nombre de I.P.A. (Ingeniería Producción Astillero) donde acabaría mis días bazaneros.




También estaban abajo Servicios de Seguridad e Higiene, al lado de Enfermería, Servicios Industriales de transformadores eléctricos, central telefónica, Servicios higiénicos.
Todos camuflados al exterior bajo una piel de fachada formada por planchas de piedra mármol de color blanco  y verde oscuro.




 Decían que con ello recreaban el efecto visual del edificio primitivo, del mismo modo que el gran arquitecto del Renacimiento, León Batista Alberti, resolvió la fachada de Santa María Novella de Florencia.

Por la enormidad, duración de las obras y construcción simultánea en las gradas del "Príncipe de Asturias", le llamabamos familiarmente a este edificio el "Portaviones de Piedra".



El edificio tiene por la parte norte un gran aparcamiento cerrado con verja y por la parte sur una explanada a modo de heliopuerto.
                      




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Finalizo diciendo que me considero con suerte por toda esta trayectoria laboral que nunca pensaba tener, dados los tiempos en que, a los que eran como yo, se nos denominaba "inútiles" y después se fue dulcificando con las palabras de: inválido,  deficiente,  disminuído, minusválido, discapacitado, persona con diversidad funcional y dependiente.

Aunque esta "suerte"  también tuve que buscarla,  después de una situación sobrevenida, en lugar apartado, sin recursos para afrontar una formación reglada en otro lugar que no fuera Chanteiro y sin atención ni protección estatal ni social alguna.
Sólo la voluntad de superación, la autoformación y el empeño.
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Ahora ya alejado, lamento la situación actual de la Industria Naval en Ferrol, que fué siempre el motor económico de la Comarca.
 ¡Tiempos aquellos en que había más de ocho mil empleos en Bazán y otros tantos en Astano!

Pero las restricciones europeas, la competencia asiática y la política gubernamental de abandono con reconversiones ficticias y prejubilaciones de dudosa eficacia, nos presentan el estado actual de agonía y desesperación.



El cambio afectó también al nombre de las factorías, pasando de BAZAN y ASTANO  a denominarse IZAR y ahora NAVANTIA, ya unidas en una "triste y sóla", como reza la canción. ¿Qué nos deparará el futuro?


¡Ánimo!  para todos  los compañeros!  y a seguir luchando, como siempre, con los antiguos lemas de :  " PAZ, TRABALLO E LIBERDADE "